Conocer las debilidades y fortalezas de una persona es muy importante. Tanto las de los demás como las propias. Es de enorme utilidad en diversas situaciones. Desde el ámbito afectivo y familiar, pasando por la amistad, hasta el ámbito laboral. El mundo psicológico que se esconde detrás de cada persona es inmenso e inagotable. De esta forma, el contexto en el que crecimos, la educación que recibimos y las experiencias que tuvimos nos moldean.
Cada vez que concurrimos a una entrevista de trabajo, las debilidades y fortalezas se ponen en juego. A los empleadores suele interesarles preguntarles a los candidatos. Aunque las respuestas no son sencillas, conocerse es un excelente punto de partida para elegir qué es más conveniente decir. Brevemente, vamos a contarte cómo hacer para resaltar tus fortalezas y reducir el impacto de tus debilidades. ¡Aprender a valorarse es un buen punto de partida!
Pero, ¿qué son las debilidades de una persona? Las debilidades de una persona son aquellas características no deseadas que funcionan como un obstáculo para los objetivos que esa persona desea alcanzar. ¿Cuáles son las tuyas? A partir del momento en que las descubras, vas a poder ponerte a trabajar para cambiarlas. Ahora bien, todos tenemos defectos y también debemos aprender a vivir con ellos. Porque si bien es cierto que podremos realizar algunas modificaciones en algunos aspectos, no es menos cierto que nadie puede alcanzar la perfección.
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¿Cuáles son las debilidades de una persona?
Ya definimos qué es una debilidad y es a partir de esa definición que haremos un listo. Hay debilidades de diversos tipos y cada una es distinta de las demás. ¡Comencemos con algunas!
- Impuntualidad. La imposibilidad de cumplir un horario previamente pautado es una enorme falta de respeto hacia la o las personas con quienes nos vamos a reunir. Además, afectamos el normal desarrollo del día de los demás y tal vez sin darnos cuenta, no respetamos la organización diaria de los otros.
- Egoísmo. Es una característica que hace que cada acción de esa persona esté orientada solamente hacia su propio beneficio. Sin ninguna preocupación por el bienestar de los demás. Esto lleva, sin duda, a que se generen problemas.
- Impaciencia. Es una debilidad propia de las personas que desean que los resultados deseados sean inmediatos. Y como la mayoría de los aprendizajes y crecimientos se dan en forma de procesos, la impaciencia se transforma en un enorme obstáculo.
- Tozudez. La imposibilidad de cambiar de opinión no nos permite adaptarnos a contextos que son siempre dinámicos. Así, la rigidez en la forma de pensar nos hará muy difícil cambiar nuestra forma de ver las cosas, aunque se nos presenten pruebas claras de que estamos equivocados.
- Indiferencia. Es el desinterés por las relaciones humanas, por todo aquello que les pasa a los demás. No solo nos puede aislar, sino que también nos lleva a tener un grado mínimo o casi nulo de compromiso en las actividades que desarrollamos.
- Complejo de inferioridad. Cuando una persona no confía en su capacidad se aleja de sus objetivos. Porque generalmente considera que no posee aquello necesario para cumplir sus metas.
Este es solo un pequeño listado de debilidades. Pero hay muchísimas más como la arrogancia, la irresponsabilidad, la mezquindad, la ingratitud, la procrastinación, el conformismo y muchas más.
¿Cuáles son las fortalezas de una persona?
Si bien venimos hablando de las debilidades y fortalezas de las personas, ahora focalizaremos en las segundas. Son muy diversas, pero lo que es seguro es que todos tenemos fortalezas. Si todavía no descubriste cuáles son las tuyas, continuá la lectura, porque seguramente coincidís en muchas.
- Liderazgo. La habilidad para coordinar equipos es algo muy valioso. Es propio de aquellas personas que son organizadas y saben detectar quién hará correctamente qué tarea.
- Humildad. Jamás presumís de aquello que lograste ni te gusta exhibirlo ante los demás. Simplemente, hacés las cosas que crees que son correctas.
- Curiosidad. Estás abierto y sos una persona permeable a todo aquello que te rodea. Así, hay más posibilidades de aprender cosas nuevas que te vuelvan una persona más sofisticada con el paso del tiempo.
- Integridad. Es el hecho de ser una persona honesta y auténtica. Cada acto está vinculado a tu forma de ser y de pensar.
- Concentración. Es la capacidad de lograr un estado que te permite enfocarte y estudiar analíticamente algo en particular. Como consecuencia de esto, generalmente, las personas suelen tener gran atención a los detalles.
- Empatía. Es la capacidad de ponerte en el lugar del otro y así descubrir cuáles son sus sentimientos y sensaciones. Eso te permite relacionarte de una mejor forma con los demás, ya que el entendimiento es mayor.
Seguramente, te identificaste con algunas de las fortalezas mencionadas. De todas formas, como imaginarás, hay muchas más, tales como la imparcialidad, la gratitud, la resiliencia, la comunicación, el pensamiento estratégico, la prudencia, la audacia, la amabilidad, la esperanza, la adaptabilidad, la disciplina y la organización.
¿Cómo responder cuáles son tus debilidades?
En el contexto de las entrevistas laborales, todos nos ponemos nerviosos. Es el tema de las debilidades de una persona en el trabajo. Porque sentimos que estamos siendo evaluados y analizados minuciosamente. Pero, ¿qué estrategias podemos desarrollar para sobreponernos a eso? Además, siempre llega esa pregunta. ¿Cuál considerás que es tu mayor debilidad? Por otra parte, es muy arrogante decir que consideramos que no tenemos ninguna debilidad, ya que todos tenemos. Sin embargo, no queremos exponernos y perdernos la oportunidad de conseguir ese trabajo.
Ahora, vamos a contarte dos opciones que te permitirán responder con elegancia y sin faltar a la verdad. Veamos entonces cuáles son esas respuestas y cómo sería un ejemplo de esa característica en una situación específica.
1. «Soy demasiado atento a los detalles»
Si bien estamos de acuerdo en que ser detallistas es una virtud y la mayoría de las compañías están interesadas en eso, como todo en exceso, puede transformarse en una característica que obstruye la fluidez del trabajo en tu área. Podrías decir, por ejemplo: «Considero que mi mayor debilidad es concentrarme demasiado en los detalles». Y después, podrías agregar: «Conociendo esta característica, trato de ser medido y solo observar en detalle al máximo aquello que es relevante». Demostrarás, de esa manera, que te conocés muy bien.
2. «Me gustaría tener más conocimientos y experiencia en X»
Ningún postulante es perfecto, por eso esta respuesta vale la pena. Nos hace ver como personas que estamos buscando capacitarnos permanentemente y que somos conscientes de que nuestro aporte a la empresa podría ser mucho más valioso. Supongamos que sos editor de videos y dominás a la perfección el Adobe Premiere, pero con los años las tecnologías cambian. Podrías decir: «Me gustaría estar más actualizado en relación a la musicalización de videos juveniles» para mostrar que estás interesado en continuar creciendo.
Una breve conclusión
Las debilidades y fortalezas de una persona, sin duda, la constituyen. En la vida cotidiana, en relación a la familia, los amigos y los afectos y en la vida laboral. Tener un conocimiento cabal de cuáles son tus debilidades y fortalezas es un gran punto de partida para tomar mejores decisiones. Porque te permite conocer aquellas áreas y situaciones en las que vas a desempeñarte con mayor habilidad y aquellas que quizás te cuestan más. Por eso, te recomiendo que inicies el camino de conocerte y de convertirte en esa persona que tanto deseás. ¡Disfrutá tus fortalezas y mejorá tus debilidades hoy!